¿Es necesaria y urgente una reforma legal para la industria de los videojuegos?
La industria de los videojuegos es un sector en alza. Según datos de Newzoo (una compañía holandesa especializada en marketing y datos estadísticos relacionados en el mundo del gaming), el mercado mundial de los videojuegos generó, en 2015, un volumen de ventas cercano a los 91.800 millones de dólares. Una cifra que doblaría a la del sector cinematográfico norteamericano y sextuplicaría al musical. Sin embargo, lo más espectacular del sector no son las cifras actuales sino las futuras. Según la propia Newzoo, el mercado del videojuego está en plena expansión a nivel global. De hecho, se calcula que tiene una tasa anual de crecimiento del 6,6% lo que le podría catapultar a los 118.600 millones de dólares en ventas en 2019. Datos nada descabellados si tenemos en cuenta que a nivel planetario se estima en 1.500 millones el número de jugadores de videojuegos o gamers.
El problema del sector es que, de momento, está cuasi monopolizado por tres grandes potencias: China, Estados Unidos y Japón. Tres países que cuadruplican, de largo, al resto de mercados nacionales del videojuego, tal cómo se puede ver en el siguiente cuadro.
Por lo que respecta al mercado español, los datos de Newzoo apuntan a que éste se sitúa como el cuarto mercado a nivel europeo y como el octavo a nivel mundial. Cifras discretas en comparación con otros países del globo pero lo suficientemente importantes para tener en consideración a nivel interno. Y es que, con cerca de 23,9 millones de jugadores (el 52% de la población), el mercado español del videojuego, logró generar un volumen de ventas de 1,81 millones de dólares en 2015. Cifras más que interesantes si tenemos en cuenta la juventud de la industria (el 85% de las empresas activas actualmente no existían hace 10 años) y su reducido tamaño (se calcula que existen unas 480 empresas censadas en este sector).
Cabe añadir también que la industria española de desarrollo de videojuegos también está inmersa dentro de la dinámica de crecimiento mundial. Con un crecimiento del 20% anual (unas 80 nuevas empresas por año), al sector del desarrollo del gaming se le reputan unos 510,7 millones de euros de facturación en 2015. Facturación que viene liderada, básicamente por dos puntos geográficos: Cataluña y la Comunidad de Madrid.
Estos son algunos de los muchísimos datos sobre el sector que aparecen reflejados dentro del llamado Libro blanco del desarrollo español de videojuego: un informe de descarga gratuita elaborado por la Asociación española de empresas productoras y desarrolladoras de videojuegos y software de entretenimiento (o la DEV) con el que se pretende explicar cómo se encuentra el panorama actual de los videojuegos y su potencial a nivel internacional. Aunque, según la propia DEV, el informe tiene un objetivo más ambicioso: servir como documento de referencia para la futura toma de decisiones y elaboración de planes de inversión y apoyo público que puedan devenir en los próximos años. Además, para facilitar más la tarea política, en el propio libro blanco se dedicaba todo un apartado para indicar hasta ocho medidas legales que se deberían adoptar para apoyar al sector. Se trata de medidas destinadas al apoyo para la internacionalización, la formación, la promoción, la fiscalidad e, incluso, para la sensibilización de la población respecto a la propiedad intelectual.
Fruto de esta ambición, el pasado 27 de septiembre y con motivo de la presentación del documento, la DEV logró reunir en la sede de ICEX España (una entidad pública empresarial que tiene como misión promover la internacionalización de las empresas españolas) a los representantes de los cuatro principales partidos políticos españoles . El objetivo de la reunión era claro: ‘obligar’ a que estos se posicionaran respecto a futuras medidas del sector. Y la respuesta de los políticos fue, sin duda, sorprendente. Todos ellos declararon, de una u otra forma, su compromiso respecto a la adopción de futuras medidas que buscarán fomentar e intensificar el crecimiento del sector.
Con relación a ello, lo cierto es que se han llegado a presentar hasta dos iniciativas parlamentarias para fomentar el sector de los videojuegos.
La primera fue una proposición no de ley (es decir, una propuesta no vinculante para el gobierno ) presentada por el grupo parlamentario socialista el 29 de julio 2016. Se trataba de una propuesta que instaba al gobierno a impulsar las medidas legislativas necesarias para considerar al sector español de desarrollo de videojuegos como estratégico al haberse convertido en motor de la economía digital en España. Propuesta que quedó en saco roto tras la disolución de las Cortes generales al no nombrarse presidente del Gobierno por aquel entonces.
El guante lo recogió el grupo parlamentario de Ciudadanos quienes, en otra proposición no de ley presentada el pasado 29 de septiembre, instaban al gobierno del Estado para que adoptara alguna de las medidas sugeridas en el Libro Blanco de la DEV. En concreto, se pedía al gobierno que iniciara los trámites legislativos necesarios para incluir a los videojuegos en las bonificaciones existentes para producciones cinematográficas, escénicas y musicales; mejorar la oferta formativa en el ámbito público; mejorar los sistemas de acceso a la financiación de este sector, incluyendo las nuevas formas de financiación; o, llevar a cabo campañas institucionales nacionales e internacionales para apoyar la comunicación y visibilidad de la industria y sus contenidos.
Ambas propuestas fueron defendidas y debatidas en el Congreso de los Diputados el pasado 25 de octubre.
En todo caso, no solo los políticos deben tomar consciencia de la importancia del sector. También deben empezar a hacerlo los propios productores de videojuegos y empresas relacionadas con el mundo del gaming. Al fin y al cabo, ser considerados como un sector importante también comporta estar expuestos a un conjunto de problemáticas legales de los que conviene estar protegidos. Temas como la propiedad intelectual (derechos de autor, derechos de publicación, contratos de desarrollo) de las obras; la propiedad industrial (marcas, patentes, diseño industrial) de las empresas; la protección de datos personales recogidos (nombres, correos electrónicos, perfiles en redes sociales, entre otros); aspectos de blanqueo de capitales… Todos ellos van a estar, sin duda, puestos bajo lupa.
En definitiva, lo que está claro es que la evolución normativa debe tener un papel relevante en el sector de los videojuegos. Hoy por hoy, existen mecanismos para proteger a los videojuegos pero es necesario darle una vuelta de tuerca.
Si tienes dudas sobre alguno de estos aspectos o quieres estar al día de la legalidad de tus ideas de negocio, quieres desarrollar algún videojuego y protegerte, ponte en contacto con nuestro equipo y te ayudaremos.
Fuente figura 1 y 2: DEV
Artículo redactado por Àlex Barbarà supervisado por Vanesa Alarcón