Aspectos legales clave en los contratos con proveedores
Seguramente te ha sucedido más de una ocasión. Estás emprendiendo y necesitas que alguien te ayude para desarrollar algo que tú mismo no puedes llevar a cabo por desconocimiento o por falta de tiempo. Por ejemplo, quieres crear una tienda online, desarrollar una aplicación o simplemente disponer de una página web para que tus potenciales clientes vean que tienes presencia en Internet y tú solo no puedes hacerlo.
También puede suceder que tengas la intención de comercializar productos bajo tu propia marca pero necesites que alguien se ocupe de su distribución, comercialización o incluso de crear buenas campañas de marketing.
¿Y qué tiene en común todo esto?
Pues que en todos estos casos vas a colaborar o contratar los servicios a alguien y es importante que tengas claro algunos conceptos clave para ello, para que la prestación de servicios asegure, en la medida de lo posible, la buena marcha de tu negocio.
¿Cómo lo puedes hacer?
En función de si quién va a trabajar en el proyecto es un colaborador o un profesional o empresa que sub-contratas, deberás firmar un acuerdo de colaboración o un contrato de prestación de servicios, respectivamente. Luego depende del tipo de trabajo que aquella persona o empresa vaya a efectuar para ti. Si, por ejemplo, va a desarrollar tu aplicación, lo que necesitas es un contrato de desarrollo de aplicaciones que podrá incluir o no también el diseño gráfico, según pactes o acuerdes. Si es otro servicio como por ejemplo, se van a ocupar de tus campañas de marketing, es posible que debas suscribir un contrato de prestación de servicios de publicidad o marketing; o si llegas a un acuerdo para la distribución de tus productos, como decíamos antes, pues necesitarás un acuerdo de distribución y en función de si cedes o no tu marca para ello, un contrato de licencia de marca.
Existen múltiples contratos pero lo que tienen en común es que regulan la prestación de servicios que aquel tercero va a efectuar para ti. Y por ello, es clave que conozcas los principales puntos que aquel contrato debe contener.
Aspectos clave en un contrato
1. Objeto del contrato
Es esencial que detalléis cuál es la prestación que se contrata o en qué consiste la colaboración, detallando todos los extremos posibles e indicando lo que incluye y lo que no. Muchas veces, si ya se ha negociado algo o se dispone de una oferta de servicios o proyecto sobre el cuál se está de acuerdo, o en el que se ha establecido los requisitos que van ligados a tu proyecto, se puede adjuntar al propio contrato como Anexo para que quede claro a qué está obligado el prestador del servicio.
2. Condiciones económicas
Debe indicarse cuál es el precio por dicho servicio, si lo hay, qué incluye, qué no y cuál es la forma de pago establecida, esto es, si se va abonar cada ciertos días, a la finalización o inicio del mes, de qué forma (ingreso, transferencia…) y qué sucede en caso de impago.
3. Condiciones de ejecución
Es esencial determinar cómo se va a llevar a cabo la prestación, si existen plazos y cuáles o bien remitirnos a un Anexo donde esto conste detallado. Esto nos permite que, en caso de incumplimiento, podamos hacer valer nuestros derechos más fácilmente. Por ejemplo, si hemos indicado que la demora en la entrega de los trabajos supondrá una rebaja del precio o permitirá resolver el contrato (hay que ver cada caso concreto, claro, y el tipo de infracción o incumplimiento que se está dando), pues podremos ir por esa vía.
4. Responsabilidades y garantías
Es esencial trazar a qué se compromete el prestador, es decir, a qué está obligado con su trabajo y una vez finalizado éste y a qué no, para poder determinar de lo que es responsable llegado el caso.
5. Derechos de autor
Es esencial que en todo contrato de este tipo determinemos de quién es lo que se ejecuta en virtud del mismo. Evidentemente, si alguien crea algo, le corresponde el derecho moral de ser reconocido por su trabajo como autor pero los derechos de explotación de dicho resultado son los que hay que establecer.
Pongamos un ejemplo de todo esto: si tenemos una idea para una app en la que hemos estado trabajando y tenemos un plan de desarrollo de la misma o de negocio, lo lógico es que contactemos con una empresa que desarrolle aplicaciones y que firmemos un contrato con aquella. Normalmente, lo lógico es que se fijen unas condiciones de ejecución y pago y que respecto de los derechos de autor, las partes pacten que la explotación le corresponda a la persona que lo encargó puesto que precisamente se trataba de un encargo. Otra cosa es que el autor de dicha aplicación, como tal, deba ser reconocido como su autor moral, lo que sería lógico también.
Es esencial determinar qué sucede si el desarrollador no cumple en plazos o condiciones de ejecución para que, llegado el caso, podamos reclamar por las vías legales correspondientes y de la mejor manera. También es esencial que determinemos un tiempo de garantía una vez aquella se ha entregado para que, en caso de algún fallo por el desarrollo o programación, se le puedan exigir responsabilidades al prestador.
A parte de estas cláusulas esenciales, también es importante que se detalle muy bien quién son las partes y cómo pueden ser localizadas a efectos de dicho contrato; establecer si existen pactos de no competencia por el trabajo desarrollado, o cláusulas de confidencialidad respecto de la información vertida para el proyecto por una y otra parte así como el establecimiento de los requisitos mínimos de seguridad si lo que se desarrolla es algo informático.
En el caso de contratar un servicio de marketing, las condiciones estarían más vinculadas al cumplimiento de expectativas, tipo de acciones de marketing a desarrollar y sus resultados o calidad; mientras que si hablamos de un contrato de licencia de marca, por ejemplo, es esencial indicar si dicha licencia es exclusiva o no, sobre qué aplica y sobre qué no (por ejemplo, tipo de productos) y ámbito territorial de la misma.
También son importantes las cláusulas de penalidad por incumplimiento con las que habrá que ir con mucho cuidado porque normalmente imponen consecuencias económicas bastante elevadas; causas de extinción o finalización del contrato; y tribunales y ley aplicable.
Evidentemente, en función de cada parte y lo que se quiera establecer, cada contrato necesitará de sus particularidades por lo que te invitamos a que, en caso que quieras llevar a cabo alguno de estos contratos, te pongas en contacto con nuestro despacho para de este modo, poder orientarte.
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